El Último Gran Avivamiento

Cuando las tinieblas parecen cubrir la tierra y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos, una revolución espiritual de salvación, sanación, liberación y milagros puede surgir en un mundo necesitado de esperanza y redención.

En el siglo XXI, el cumplimiento de las señales proféticas escritas en la Biblia nos muestra que estamos en el tiempo anterior a la segunda venida de Jesucristo, tiempo en el que veremos un derramamiento sin precedentes del Espíritu Santo, el último gran avivamiento.

Joel 2:28-32 (escrito por el profeta Joel entre los años 835 y 800 a.C.) / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.

El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado. 

2024 (Más de 2.800 años después de la profecía de Joel)

Mientras un poderoso grupo minoritario influenciado por Satanás (el 1% controla el 50% de los recursos naturales de la Tierra y sólo 60 magnates tienen la misma riqueza que casi la mitad de la población mundial), está conduciendo al mundo hacia la Gran Tribulación y el totalitarismo global, que culminará con el regreso de Jesucristo, la Biblia contiene profecías que también apuntan a un futuro donde la intervención de Dios cambiará radicalmente la condición espiritual del mundo.

Hageo 2:6-7 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Entre estas profecías destaca la promesa de un avivamiento global y un derramamiento del Espíritu Santo tan poderoso que superará al primer Pentecostés del primer siglo. Este evento, conocido como la lluvia tardía, está destinado a revolucionar a la humanidad, trayendo sanidad, liberación, milagros y una cosecha de almas como nunca antes vista en la historia humana. Aunque estamos llegando a los últimos días, es importante recordar el gran avivamiento que Dios va a traer en estos últimos tiempos.

Hechos 2:17-21 (El libro de los Hechos no identifica específicamente a su autor. Según Lucas 1:1-4 y Hechos 1:1-3, está claro que el mismo autor escribió ambos libros. La tradición, desde los primeros días de la iglesia, ha sido que fue Lucas, un compañero del apóstol Pablo, quien escribió tanto el evangelio de Lucas como el de los Hechos, probablemente entre el 61 y el 64 d.C.) / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

El Espíritu Santo inspiró las profecías de Joel, Isaías y Pedro, entre otros profetas que podemos citar, acerca de predecir un avivamiento a medida que se acercaban los tiempos finales. El Señor dijo en Su Palabra que antes de Su segunda venida habría un avivamiento extraordinario, esos eventos sucederán en nuestros tiempos.

Los grandes avivamientos de la historia han dado como resultado una pasión por las almas y una labor misionera. La pasión de los grandes hombres y mujeres de Dios como Martin Lutero (1483-1586), John Bunyan (1628-1688), Oliver Heywood (1629-1702), Richard Foster (1648-1730), Thomas Dickenson (1669-1743), Jonathan Edwards (1703-1758), John Wesley (1703-1791), George Whitefield (1714-1770), Christmas Evans (1766-1838), Henry Martyn (1781-1812), Charles Finney (1792-1875), David Livingstone (1813-1873), Hudson Taylor (1832-1905), Charles Spurgeon (1834-1892), Kathryn Kuhlman (1907-1976), Billy Graham (1918-2018), Reinhard Bonnke (1940-2019), Yiye Ávila (1925-2013), David Wilkerson (1931-2011), David Yonggi Cho (1936-2021), Andrés Bisonni entre muchos otros fue salvar a las almas perdidas.

John Knox (c.1514-1572), un predicador protestante escocés y líder de la Reforma escocesa, solía pasar las noches en oración intercediendo ante Dios: "¡Dame Escocia, si no moriré!". Patricio de Irlanda (386-461), el legendario misionero que trajo el cristianismo a Irlanda, oró: "Dios, dame almas o no me des nada".

Los hermanos que participaron en el Avivamiento de las Hébridas que tuvo lugar en las Islas Hébridas de Lewis y Harris, frente a la costa noroeste de Escocia, entre 1949 y 1953, oraron: "Señor, si no vas a usarnos, por favor mátanos". Los hermanos de Inglaterra que trajeron el fuego del Avivamiento de la Calle Azusa a Los Ángeles, California (1906-1915), se reunían todos los días en el frío intenso y su único tema de oración era: "Señor, danos hombres que extiendan tu fuego en las calles de Inglaterra".

Durante el avivamiento de Indonesia, se vieron corazones hambrientos orando día y noche: "Señor, la mies está madura; si te agrada, úsanos". Una oración que era común durante los días de William J. Seymour (1870-1922) decía: "Señor, este es otro día en el que el infierno debe perder hombres y mujeres. Por favor, estamos aquí, utilízanos".

¿Qué podemos decir del apóstol Pablo (c.5/10 d. C.​- c.58/67 d. C.), que una vez dijo: "¡Ay de mí si no predicare el evangelio!"?

De hecho, si nos remontamos al avivamiento del primer siglo que tuvo lugar en Jerusalén, donde los discípulos de Jesús recibieron el Espíritu Santo, fue el avivamiento más grande jamás visto, cuando 120 personas reunidas en el aposento alto recibieron el poder del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Unos días antes el Señor Jesús les había confiado la Gran Comisión y para cumplirla necesitaban ser revestidos del poder divino.

Lucas 24:49 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

El décimo día, aproximadamente a las ocho de la mañana, la presencia de Dios en el Aposento Alto se hizo real, cumpliéndose Hechos 1:8: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".

Hechos 2:1-4 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Ellos obedecieron y creyeron la instrucción final del Señor. Ese día fueron bautizados en el Espíritu Santo hablando en nuevos idiomas. Esta experiencia transformó por completo la vida de los discípulos. Recibieron poder, unción y pasión por los perdidos y hubo un crecimiento explosivo de la Iglesia.

Según Hechos 2:41, se añadieron 3000: "Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas". Después otros 5.000 hombres, "Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil." (Hechos 4:4).

El Señor añadía cada día más almas a la Iglesia: "Alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos" (Hechos 2:47). Aumentando mucho en número, "Y los que creían en el Señor aumentaban cada vez más, así hombres como mujeres en gran número" (Hechos 5:14). 

Este crecimiento provocó un aumento en el número de discípulos e incluso muchos sacerdotes se convirtieron: "En aquellos días, como creciera el número de los discípulos.." (Hechos 6:1), "Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe." (Hechos 6:7).

En este tiempo las iglesias fueron creciendo, fortalecidas por el Espíritu Santo, "Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas." (Hechos 9:31). La palabra del Señor crecía y se multiplicaba y como resultado de este avivamiento del primer siglo que comenzó en Pentecostés, se realizaron grandes señales y prodigios entre el pueblo, "…y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles" (Hechos 2:43)

Hubo milagros extraordinarios: "Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían." (Hechos 19:11-12). Las ciudades fueron movidas por la Palabra y el poder de Dios, como por ejemplo en Éfeso: "Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Éfeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos" (Hechos 19:17-18).

Brujos, hechiceros y religiosos se convirtieron verdaderamente y tuvieron un encuentro con el Espíritu Santo: "Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata" (Hechos 19:19). "Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero." (Hechos 19:27). Una verdadera revolución se extendió por todas las regiones en el primer siglo y a lo largo del tiempo.

Ahora, en el siglo XXI, muchos se preguntan cómo será la vida en la iglesia del tiempo del fin. Algunos dicen que el amor de muchos se enfriará, por lo tanto, la iglesia en los últimos tiempos será fría e indiferente. ¿Cómo encontrará el Señor Jesucristo a Su iglesia en Su segunda venida? ¿Será una iglesia de luto o una iglesia victoriosa?

Mateo 24:14Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

Escudriñando las Escrituras encontramos que a pesar de la persecución sin precedentes que tendrá lugar durante la Gran Tribulación, veremos una Iglesia apasionada por Cristo que da su vida (decapitación) por causa de la fe.

Apocalipsis 20:4 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

Mientras en aquellos días muchas personas alrededor del mundo blasfemarán el nombre de Dios y no se arrepentirán para darle gloria, otros serán decapitados por causa del testimonio de Jesús a pesar de los terribles juicios que azotan a la humanidad.

Apocalipsis 16:9 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
"Y los hombres fueron quemados con el intenso calor; y blasfemaron el nombre de Dios que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria".

Está claro que uno de los propósitos de Dios será atraer a más personas hacia Él durante la Gran Tribulación. Tanto los judíos como los no judíos llegarán a la fe en Cristo durante los últimos días.

Una parte crucial de este resurgimiento global involucrará a Israel. Según la profecía, un grupo de israelitas, descrito como "el pueblo santo escogido" (144.000 personas selladas para un propósito específico según Apocalipsis 7:3-8), experimentará una manifestación gloriosa del Espíritu Santo similar a la de Pentecostés. Esta experiencia que cambiará la vida llevará a muchos en Israel a unirse a la iglesia cristiana, superando la antigua enemistad y reconociendo a la iglesia no como su enemigo, sino como parte del propio pueblo de Dios durante la Gran Tribulación.

En estos últimos días, Dios no está centrado en los poderes mundiales sino en la iglesia. Según Isaías, las naciones son para Dios: "He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo." (Isaías 40:15). Todos están bajo Su gobierno y reino soberano.

Salmos 2:1-6 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte.

Aunque por un corto tiempo los reyes de la tierra y los príncipes conspiren contra Dios y contra su ungido, y los poderes seculares intenten proscribir el cristianismo, "El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos." (Salmos 2:4). No importa cuán desesperadas parezcan las cosas, incluso durante la Gran Tribulación, al final de la historia Su reino prevalecerá.

Incluso en estos días estamos viendo los comienzos del último avivamiento, a medida que se cumple Hechos 2:17. En todas partes, Cristo se está revelando a multitudes en sueños y visiones. En China, India y las naciones árabes, la gente está contando sus experiencias con Jesús en sueños.

El avivamiento global y la lluvia tardía representan la culminación de las promesas de Dios para el fin de los tiempos, un derramamiento del Espíritu Santo que revolucionará el mundo y traerá sanidad, liberación y milagros en medio del caos y el mal. Este tiempo de transformación espiritual es también una oportunidad para que los creyentes se preparen para los eventos proféticos que precederán a la segunda venida de Cristo. 

Con humildad y fe, podemos participar de esta gran obra de Dios, siendo transformados para nutrir a otros con el alimento espiritual que viene de Cristo y llevando a cabo la misión de cosechar almas para el Reino de Dios.

Efesios 3:20-21 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén

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