Entendidos en los Tiempos
Como hemos visto en 1 Crónicas 12:32, los hijos de Isacar eran conocidos como entendidos en los tiempos. En otras palabras, entendieron los problemas sociales, los acontecimientos cotidianos y la dirección del antiguo Israel. Según escritos antiguos, "eran excelentes en las palabras de la ley, llenos de sabiduría y obedientes a sus mandamientos".
Con esta unción para entender los tiempos, instintivamente supieron qué hacer y se movieron con Dios para establecer Sus planes durante el reinado de David hace más de 3.000 años. En cierto sentido, fueron precursores de un reino renovado, fundado en la obediencia a Dios, que les trajo honor y prosperidad, según profecías anteriores dadas a Moisés (Génesis 49:14-15; Deuteronomio 33:18-19).En el siglo XXI después de Cristo
, Dios está levantando hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo que sabrán interpretar las señales de los tiempos y no observarán los acontecimientos con sorpresa, sino que estarán preparados y actuarán correctamente.
Daniel 12:3 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

Mateo 24:36-39 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Al entrar en el año 2025, la Iglesia debe ser más parecida a los hijos de Isacar en su capacidad de comprender los tiempos y saber qué hacer. Debemos aprender a depender de la palabra profética de Dios como guía a través de los acontecimientos de nuestro tiempo y de los tiempos venideros.
Es importante conocer los tiempos según los cuales opera el reino de Dios y ser buenos administradores de ellos, si queremos experimentar el impacto ministerial que Él desea para este tiempo. El cristiano debe velar y administrar los tiempos y las épocas dentro de su responsabilidad espiritual, como lo vemos con el profeta Habacuc, quien vivió a mediados y fines del siglo VII a.C. y demostró esta idea al instruirnos a escribir la visión, incluso si no es para este momento, sino para un tiempo determinado.
Dios desarrolla activamente Sus propósitos a lo largo del tiempo cronológico, pero Él se sienta en el tiempo Kairos (Kαιρός) e interrumpe el tiempo cronológico para comenzar Su era designada.
Habacuc 2:2-3 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
En el libro de Hageo, por ejemplo, el remanente de los israelitas no creyó que era el momento de reconstruir la casa del Señor. Construyeron sus propias casas, pero descuidaron la casa del Señor y eso les fue perjudicial. Entonces Dios habló en el tiempo señalado al profeta Hageo. Era el momento de reconstruir la casa del Señor y Hageo actuó de acuerdo con esa palabra y comenzó con éxito una nueva era para el pueblo. El pueblo entró en el tiempo determinado por el Señor y reedificó el templo mientras Hageo los animaba a ser fuertes y a trabajar.
En algunos momentos estamos llamados a luchar y en otros momentos debemos descansar. Como apóstoles, profetas o pastores, debemos aconsejar a quienes se aferran a palabras proféticas que ya han vencido. Como predicadores, tenemos el papel de liderazgo y a menudo administraremos, comunicaremos, instruiremos y prepararemos al pueblo de Dios para entrar en los tiempos y eras señalados dentro del alcance del tiempo determinado.
Preguntaos: ¿Qué hora es? Y luego, con la ayuda del Espíritu Santo, id y preparad al pueblo para que se ponga de acuerdo. Debemos ser hombres y mujeres que entiendan los tiempos.
Salmos 32:8-11 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti.
Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia. Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
La primera característica que distingue a los hombres de Dios que entienden los tiempos es que:
- Tienen el hábito de discernir todo lo que ocurre en su entorno
Cuando se dice que estos doscientos hijos de Isacar "entendían los tiempos", no significa que fueran profetas de fatalidad, sino que eran expertos en discernir los tiempos. La clave aquí es que estos hombres del rey David tenían el don del discernimiento, el cual habían ejercitado hasta el punto de poder ser considerados expertos.
El discernimiento es la capacidad de comprender si algo es apropiado o no; de descubrir si algo es artificial o engañoso y no auténtico. Ciertamente no es fácil, pero estos hombres se habían convertido en "expertos" en discernir muchas cosas, pero en este caso cuando dice que es con relación a "los tiempos", se estaba refiriendo a los movimientos estratégicos que hacían los guerreros enemigos que apoyaban al rey Saúl, y las mejores estrategias que debían adoptar los guerreros que apoyaban al nuevo rey David.
Es cierto que no funciona automáticamente, pero hay que desarrollar el hábito de ser observadores, analíticos, espirituales y dejarse guiar puntualmente por la palabra de Dios, para llegar a ser "expertos" como aquellos hombres.
La segunda característica que distingue a los hombres de Dios que entienden los tiempos es que:
- Saben qué hacer en cualquier situación y evento que pueda surgir
Es interesante que la siguiente frase utilizada para describir al grupo de doscientos descendientes de Isacar es que: "...ellos sabían lo que Israel debía hacer" (1 Crónicas 12:32). No creo que todos los israelitas estuvieran en una posición en la que no supieran qué hacer en cada situación. El contexto de esta expresión implica que había algo que Israel no sabía qué hacer, pero no todo, y tampoco todos los israelitas estaban en una posición en la que no sabían qué hacer.
La situación era que los guerreros de Israel estaban siendo controlados por el ahora depuesto rey Saúl para continuar favoreciéndolo y persiguiendo al recién ungido rey David. Estos guerreros de Israel habían sido leales a Saúl, y no querían dejar de serlo. Estaban confundidos porque Dios había elegido un nuevo rey, y es en este contexto que no sabían qué hacer, apoyar a Saúl o apoyar a David; y es en este contexto que los doscientos Isacaritas "sabían lo que Israel debía hacer".
Dios les había hecho entender que lo que debían hacer en ese momento era apoyar al recién ungido rey David. Estos doscientos de Isacar, tal vez no eran los guerreros de su tribu, pero eran personas que ejercían liderazgo al menos en su tribu, pues eran principales entre ellos; pues todo parece que fueron ellos quienes diseñaron toda o gran parte de la estrategia y logística de la defensa, coronación y entronización de David como rey en la ciudad de Hebrón.
Al final, la guerra no fue necesaria, porque el relato de la coronación concluye con una nota alegre, diciendo: "Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos. También los que les eran vecinos, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisión de harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, y bueyes y ovejas en abundancia, porque en Israel había alegría" (1 Crónicas 12:39). Esto es saber qué hacer, no con maldad ni con sangre como lo hizo el malvado rey Saúl, sino con la sabiduría de Dios.
Jeremías 9:23-25 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
En un caso relacionado con Jesús y sus discípulos, que nos enseña la importancia de saber qué hacer ante las situaciones que el tiempo nos presenta, y que quizás un poco antes de lo esperado no era el momento adecuado para ellos, lo podemos leer en el evangelio según Juan 4.
Lo que se evidencia de las palabras que Jesús dirige a sus discípulos es que ellos conocían muy bien los tiempos del proceso del trabajo agrícola, en qué mes se siembra y en qué mes se dan las cosechas, el día que Jesús predicó a la mujer samaritana, y ella fue a hablar de Jesús a la gente de Sicar, su comunidad, Jesús previendo que ese momento iba a ser una evidencia de cómo la gente llegaría a conocerlo y escucharlo porque tienen tanta necesidad de escuchar el evangelio del reino de Dios, dice a sus discípulos: "¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega" (Juan 4:35)
La mente de sus discípulos sólo estaba entrenada y enfocada en los ciclos de siembra y cosecha, pero Jesús les ayudó a pensar en los tiempos de necesidad espiritual del pueblo, que no encajaban en la espera de cuatro meses, sino que eran justo en ese momento. No tuvieron que esperar tres años de formación con Jesús, ni siquiera el primer semestre, y tampoco podía ser hasta dentro de cuatro meses, sino ahí mismo. Véanlo con sus propios ojos, les dijo Jesús. Vean cómo la gente está lista ahora mismo para responder al llamado de Dios, al igual que la cosecha de trigo de esta temporada. Eso es ser entendido en los tiempos.
Cada discípulo al lado de Jesús tuvo que aprender a comprender lo que sucedía en su tiempo y a actuar según las oportunidades y necesidades del tiempo en que vivía.
Es por eso que también en este tiempo nosotros, en cada situación que afrontemos en la vida cristiana, en la familia, en el trabajo, en la escuela, o incluso en la iglesia, debemos tratar de saber qué hacer, para ser comprendidos en los tiempos, a través del conocimiento de la voluntad de Dios que se adquiere con la oración, el estudio de la santa palabra de Dios, o el mismo don del discernimiento, no como don común sino como don ministerial.
Debemos saber cuáles son las decisiones correctas y cómo tomarlas, en cualquier situación que pueda surgir en nuestro tiempo. Y es que debemos estar siempre informados y actualizados sobre lo que necesitamos saber en cada época y situación contemporánea en que vivimos. Esta es una característica que distingue a los hombres de Dios que entienden los tiempos.
La tercera característica que distingue a los hombres de Dios entendidos en los tiempos, es que:
- Influyen en otras personas para que actúen sabiamente
El final de 1 Crónicas 12:32 presenta de manera igualmente interesante otra de las características de aquellos doscientos hombres entendidos en los tiempos. En cuanto a las órdenes que debían dar, no eran sólo para sus compañeros de guerra de la misma tribu, sino incluso para los guerreros de las otras tribus que apoyaban la entronización de David como rey, pues sobre los hijos de Isacar dice la crónica que: "cuyo dicho seguían todos sus hermanos" (1 Crónicas 12:32). Esta explicación del cronista revela otra característica, la de influir sobre otras personas para que también hagan lo que es bueno y beneficioso.
En la situación en la que se encontraba Israel debido a la influencia del mal reinado de Saúl, hacer el mal parecía ser lo mismo que hacer el bien. Hacer el bien parecía hacer el mal, porque el bien iba en contra de la voluntad del rey, por eso era visto como mal, pero cuando estos doscientos hombres de Dios, que entendían los tiempos, intervinieron para orientar a todos que lo mejor era apoyar a David, el resultado que surgió fue que "lo siguieron todos sus hermanos", quienes hicieron lo que era bueno. Pero esto fue posible gracias a que en esa época hubo hombres de conocimiento que influyeron en otras personas para cambiar las condiciones críticas que existían en su entorno.
La influencia de hombres que entienden los tiempos es necesaria en cada generación, y no sólo entre la gente común, sino también entre las personas que ocupan puestos en todos los gobiernos del mundo. Habrá quienes no querrán recibir y aceptar la influencia de personas con conocimientos y sabiduría, pero siempre habrá personas que acepten consejos, guía y dirección dispuestas a ser personas excelentes en sus respectivas áreas de vida y desempeño.
Proverbios 28:5 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Los hombres malos no entienden el juicio; mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas.
En un caso ocurrido cinco siglos antes de Cristo en Persia, un país con sus propios dioses falsos en el cual el Dios verdadero no estaba en su lista; su rey llamado Asuero junto con siete de los príncipes de su reino, aunque paganos, buscaron "a los sabios que conocían los tiempos" (Ester 1:13), aunque esos sabios (Ester 1:14), no eran conocedores de los tiempos de Dios, sino que solo tenían una experiencia común, pero al final tuvieron experiencia, obviamente sin que fuera para ellos una revelación especial del Dios verdadero, pero les bastó para influir incluso en reyes de uno de los grandes imperios del pasado, el imperio medopersa.
Efesios 5:17 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Cuánto más nosotros que tenemos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), con la cual estamos capacitados para ser entendidos en toda la voluntad de Dios, y para poder influenciar a otros con el evangelio de Dios.
El conocimiento de los acontecimientos, tendencias y necesidades nos ayuda sin duda a comprender de forma bastante clara las actitudes de la gente y eso nos permitirá saber cómo debemos transmitir principalmente el mensaje de salvación a las almas que nos rodean. Cuando ejercitamos el discernimiento y el entendimiento, somos capaces de discernir entre el bien y el mal. Y esto nos reportará un gran beneficio: cometer el menor número de errores posible.
Estamos viviendo tiempos difíciles, días en los que debemos prepararnos para lo que está por venir. La venida de nuestro Señor Jesucristo está más cerca que nunca y las señales están ante nuestros ojos.
¿Cuántas personas hay a tu alrededor que viven con miedo y preocupación? ¿Cuántas personas vemos que están ansiosas y no saben qué va a pasar?

2 Timoteo 2:7 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
Es mi oración que tengáis la capacidad de entender todo lo que es necesario, así como lo hicieron los hijos de Isacar al saber lo que debéis hacer. Los cristianos debemos ser personas sabias que sepan cómo actuar, guiadas por el Espíritu Santo.
2 Timoteo 3:14-15 / Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Vivimos tiempos peligrosos y si queremos actuar con sabiduría, necesitamos que Dios nos dé entendimiento y humildad para dejarnos guiar por el Espíritu Santo. Es importante entender los tiempos en que vivimos. Dios ha querido que seamos sus agentes para influenciar a nuestra generación.
Para ser el tipo de personas conocedoras que Dios espera que seamos, el paso esencial es primero ser buscadores de Dios y en consecuencia el resultado será una amplia comprensión de cuál es la voluntad de Dios para cualquier situación que pueda surgir de ahora en adelante.
Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén. (Efesios 3:20-21)
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