La persecución y la violencia contra los cristianos en Siria están aumentando
En respuesta a las masacres perpetradas el pasado fin de semana en el oeste de Siria, que dejaron más de 1.000 muertos, el arzobispo greco-católico de Homs, monseñor Jean Abdo Arbach, condenó los ataques, atribuidos a militantes de la organización islamista sunita Hayat Tahrir al-Sham (HTS), actualmente en el poder en Siria. "Es un gran dolor. Pido justicia, porque matar a mujeres y niños no es bueno para Siria", dijo en medio de la creciente ola de violencia y persecución.
Siria está atravesando un período de profunda transformación política y social tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024. El ascenso al poder de Ahmed al-Sharaa, también conocido como Abu Mohamed al-Golani, líder de la organización islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), ha generado preocupación entre las minorías religiosas, especialmente la comunidad cristiana, que enfrenta una creciente ola de violencia y persecución.
Desde que el nuevo gobierno asumió el cargo, se han registrado numerosos incidentes de violencia sectaria contra comunidades cristianas en varias regiones del país. En las provincias de Latakia y Tartus, antiguos bastiones del antiguo régimen, los enfrentamientos han causado la muerte de aproximadamente 1.000 personas, incluidos civiles cristianos. Estos ataques han obligado a miles de cristianos a huir de sus hogares y buscar refugio en zonas más seguras o en países vecinos.
La situación es especialmente crítica en zonas bajo el control de grupos islamistas radicales, donde se han atacado iglesias y se han confiscado propiedades cristianas. Los líderes religiosos locales han denunciado la falta de protección y la impunidad con que operan estos grupos, lo que agrava el clima de inseguridad y miedo entre los fieles.
Nuevo liderazgo y promesas de inclusión
Ahmed al-Sharaa, quien asumió oficialmente la presidencia de transición el 29 de enero de 2025, ha declarado su intención de formar un gobierno inclusivo que respete los derechos de todas las comunidades religiosas y étnicas en Siria. En su discurso inaugural, al-Sharaa afirmó que su administración está comprometida con la preservación de la paz civil, la construcción de instituciones estatales y la restauración de la posición internacional y regional de Siria. Sin embargo, la comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos expresan escepticismo respecto a estas promesas, dada la historia de la organización islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y su estricta interpretación de la ley islámica.
La implementación de una constitución provisional basada en la ley Sharia ha suscitado preocupación entre las minorías, que temen una marginación sistemática bajo el nuevo régimen.
Llamado a la solidaridad y a la esperanza en la fe
Los líderes de las iglesias locales e internacionales han instado a la comunidad mundial a solidarizarse con los cristianos sirios, brindándoles asistencia humanitaria y abogando por su protección en foros internacionales. La esperanza es que, a través de la fe y el apoyo mundial, se pueda superar este período difícil y se pueda garantizar un futuro de paz y coexistencia para todas las comunidades de Siria.