Las dos veces que Gran Bretaña ofreció devolver las Malvinas y Argentina lo frustró
Andrés Cisneros, ex vicecanciller de Carlos Menem, aseguró que hubo al menos dos ocasiones en que Gran Bretaña intentó devolver las Islas Malvinas en condiciones extrañas. La primera oportunidad surgió durante el último gobierno de Juan Domingo Perón, y la segunda, apenas unos meses antes del inicio de la Guerra de las Malvinas en 1982, con la primera ministra británica Margaret Thatcher como protagonista.

43 años después de la Guerra de las Malvinas, el presidente argentino Javier Milei reafirmó su reclamo sobre las Islas Malvinas y defendió el rol de las fuerzas armadas del país austral en un acto de homenaje por el "Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas".
Como es costumbre cada 2 de abril, las protestas se extendieron por todo el país en actos que no sólo rindieron homenaje a los héroes que participaron en la guerra, sino que también exigieron a Gran Bretaña que cumpla con la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), aprobada el 16 de diciembre de 1965, y se siente a negociar con las autoridades argentinas.
"Si de soberanía sobre las Malvinas se trata, nosotros siempre dejamos claro que el voto más importante de todos es el que se hace con los pies y anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a nosotros", dijo Milei.
"Por eso buscamos ser una potencia a punto tal que ellos prefieran ser argentinos y ni siquiera haga falta usar la disuasión o el convencimiento para lograrlo. Y por eso mismo emprendimos el camino liberador que estamos transitando para argentina sea el país más libre del mundo y vuelva a tener el PIB per cápita más alto del planeta", agregó.
Lo que quizás no mucha gente sepa es que hubo al menos dos oportunidades para recuperar el control de las islas pacíficamente. Una fue durante el último gobierno de Juan Domingo Perón, y la segunda, apenas unos meses antes de la Guerra de Malvinas de 1982.
Andrés Cisneros, ex vicecanciller de Carlos Menem, fue entrevistado por Infobae hace unos años y explicó que Gran Bretaña intentó devolver las islas bajo ciertas condiciones.
"La primera fue en el último gobierno de Juan Domingo Perón. El embajador británico le entregó al canciller argentino una oferta escrita que podríamos llamarla de retroarriendo mediante la cual ellos nos reconocían la soberanía en ese instante, pero se hacía efectiva 100 años después" contó.
Pero la operación se frustró por causas externas. "Perón le dijo al canciller argentino que trate de bajar los 100 años a 50. Perón murió pocas semanas después y el gobierno que quedó no tenía calibre como para continuar una negociación de esta envergadura" aseveró.
"La segunda oferta fue muy parecida. El primer ministro británico envió a un vicecanciller que tenían, que se llamaba Nicholas Ridley, con la oferta en la mano. Gobernaba la Junta militar. Y la Junta Militar dijo que aceptaba la devolución de la soberanía pero que no iban a esperar 100 años, que la querían a fin de año. Era una manera de decirles que no. ¿Saben quién fue la primer ministro británico que envió esa oferta? Margaret Thatcher" cerró la anécdota.
Thatcher hizo esta oferta en septiembre de 1981, seis meses antes del desembarco en las Malvinas. Al parecer, Argentina tuvo la oportunidad, pero no la aprovechó.
Las tres páginas escritas a mano que podrían haber cambiado la historia que condujo a la Guerra de las Malvinas
Juan Bautista Tata Yofre examinó el documento con especial atención, observando el escudo del Reino Unido de Gran Bretaña en cada página. El documento consta de tres páginas manuscritas, no tiene fecha ni firma y menciona las Islas Malvinas.
Está enmarcado porque para su dueño era un escudo que honraba su administración, aunque nunca lo exhibió públicamente, y también, presumo, quería conservarlo en perfecto estado para las generaciones futuras. Como gesto especial, se le permitió fotografiarlo y anunció que contaría la historia del contenido del documento, que varias personas han mencionado pero ninguna ha mostrado.
Los antecedentes del documento destacan que en mayo de 1979 la primera ministra británica Margaret Thatcher llegó al poder en Londres y encontró que el gobierno laborista había congelado las relaciones con Argentina desde comienzos de 1976, durante los últimos meses del gobierno de María Estela "Isabel" Martínez de Perón.
Con la llegada de Thatcher al gobierno, Lord Peter Carrington asumió como secretario del Foreign Office. Nicholas Ridley, figura neutral y firme defensor de la política económica de la Primera Ministra, fue nombrado Subsecretario de Asuntos Latinoamericanos.
En Argentina gobernaba de facto Jorge Rafael Videla, su cuñado el general de brigada Carlos Washington Pastor era el canciller y el subsecretario de Relaciones Exteriores era el comodoro Carlos Cavandoli. En junio de 1979, Ridley viajó a Buenos Aires y se reunió con el subsecretario Cavandoli el día 12. En julio, visitó Puerto Stanley, donde el funcionario británico observó el estado de irrealidad que vivían los isleños. Allí discutió con los kelpers (isleños considerados de segunda clase por Londres en aquellos años) las ventajas de cooperar con Argentina, aunque aclaró que ninguna solución sería posible sin su aprobación.
Observó: "Plantean [los isleños] una amenaza completamente desproporcionada en relación con su tamaño". Al regresar de las islas, volvió a hablar con Cavandoli, acordando restituir a los embajadores que habían sido retirados en 1976.
En octubre de 1979, Lord Carrington presentó a Margaret Thatcher y al Comité de Defensa un memorándum recomendando conversaciones entre diplomáticos para explorar soluciones políticas y económicas "sin concesiones y sin apresurar los asuntos". También advirtió que Argentina podría ocupar militarmente las islas y era capaz de hacerlo.
El informe que presentó Carrington fue tomado del Informe Franks (elaborado después de la guerra de 1982) y contiene tres opciones:
* La fortaleza Falklands. * Negociaciones sin concesión de soberanía. * Sustanciales negociaciones respecto a la soberanía.
Luego de algunas gestiones diplomáticas, Cavandoli y Ridley volvieron a encontrarse en Nueva York entre el 28 y el 30 de abril de 1980, y durante esas horas el funcionario inglés solicitó una reunión privada con el experto aeronáutico argentino.
Cavandoli estuvo acompañado únicamente por el jefe de gabinete del canciller Pastor, el comodoro Carlos Felipe Bloomer Reeve. En esa ocasión, Ridley les habló sobre la necesidad de una solución a la disputa de las Malvinas y la importancia de alcanzar un acuerdo sobre la soberanía. Que cualquier solución tenía que coincidir con la voluntad de los "Kelpers" y Cavandoli habló de sus intereses.
Ridley explicó otras directrices que deberían tenerse en cuenta en el futuro, aunque afirmó durante la reunión que deberían ser acordadas por Londres, dado que aún no eran oficiales. Pidió extrema confidencialidad y buena fe en las conversaciones. Antes de partir, advirtió a los argentinos que tendrá que tener una discusión muy fuerte con el lobby de la Falkland Island Company y los sectores que apoyaron a los "kelpers" en el Parlamento.
El 30 de julio llegó al Palacio San Martín una propuesta para una reunión confidencial que se realizará en septiembre próximo, pues Ridley ya contaba con los lineamientos de su gobierno para la negociación.
Entre el 10 y el 11 de septiembre de 1980, Ridley, el embajador Harding, Cavandoli y Bloomer Reeve se reunieron nuevamente en extremo secreto en un hotel de Coppet, cerca de Ginebra, Suiza. Antes de hablar, Nicholas Ridley declaró que todas las decisiones acordadas en la cumbre serían aceptadas "ad referendum" por los miembros del Gabinete y la Sra. Thatcher.