Palestinos denuncian 7 ataques de colonos durante la noche en medio de la creciente violencia en Cisjordania

Una cadena de ataques simultáneos, desde incendios provocados hasta agresiones físicas, expone la creciente impunidad de grupos de colonos y la dificultad de las autoridades israelíes para contener la violencia en medio de un clima político y judicial cada vez más tenso.

Al menos dos palestinos fueron hospitalizados debido a las heridas sufridas durante una serie de ataques perpetrados contra viviendas, vehículos y propiedades agrícolas. Las denuncias se registraron entre la noche del jueves y la madrugada del viernes, en distintos puntos de Cisjordania, y se suman a un patrón creciente de violencia de colonos israelíes contra comunidades palestinas.
Esta escalada ocurre pese a recientes declaraciones de autoridades israelíes condenando estos hechos y prometiendo actuar contra los responsables, que en la mayoría de los casos no enfrentan arrestos ni procesos judiciales. 

Oleada de ataques en el norte de Cisjordania

En el sector norte de Cisjordania, la aldea de Luban a-Sharqiya sufrió incendios provocados que destruyeron varios edificios, ocasionando importantes daños materiales aunque sin dejar heridos.
En las cercanías, en Abu Falah, cerca de Ramala, un edificio agrícola también fue incendiado. Según testigos, los atacantes serían colonos que ingresaron durante la madrugada.

Más al norte, en Deir Sharaf, un vivero fue vandalizado. Y en Huwara, localidad que ha sido escenario recurrente de ataques en el último año, más de una docena de vehículos palestinos fueron incendiados en un estacionamiento público. Testigos aseguraron haber visto a colonos enmascarados huyendo del lugar inmediatamente después del ataque.

Incursiones grabadas y agresiones directas

Otra incursión violenta ocurrió en el pueblo de Beit Furik, donde colonos fueron filmados ingresando durante la noche con el aparente objetivo de intimidar a los residentes locales, según testigos y videos difundidos en redes comunitarias.
El incidente reviste particular gravedad porque Beit Furik se encuentra en Área B, una zona bajo control civil palestino y control de seguridad compartido, donde el ingreso de ciudadanos israelíes está estrictamente prohibido por las autoridades militares. Esta restricción forma parte de la división territorial establecida en los Acuerdos de Oslo (1993-1995), que delimitan qué zonas pueden o no ser accesibles para cada población con el fin de evitar enfrentamientos y mantener un mínimo de orden administrativo.
La presencia de colonos en un área en la que legalmente no pueden entrar subraya, según organizaciones de derechos humanos, la creciente audacia de estos grupos y la dificultad de las fuerzas de seguridad para impedir este tipo de acciones. 

En el sector sur de las colinas de Hebrón, en la aldea de Markaz, varios palestinos fueron golpeados con palos por individuos enmascarados. Uno de los heridos debió ser hospitalizado en condición moderada debido a la gravedad del ataque.

Ataque a un anciano de 85 años y agresiones previas

En un incidente separado, en las afueras de Susya, colonos empujaron al suelo a un palestino de 85 años y a su burro mientras ambos se dirigían a la mezquita en horas de la mañana. La caída provocó que el anciano sufriera heridas que requirieron atención médica y hospitalización, según informaron residentes y personal sanitario de la zona. El ataque se suma a una serie de agresiones registradas en comunidades rurales palestinas, donde los ancianos suelen ser objetivos particularmente vulnerables debido a su movilidad reducida y a la falta de presencia policial en áreas remotas.

Días antes del incidente, colonos habían pintado grafitis en hebreo sobre edificios cercanos, una práctica común en ataques conocidos como "price-tag" ("precio a pagar"). Estas acciones suelen incluir vandalismo agrícola, destrucción de propiedad o intimidación directa y se presentan como represalias contra palestinos o, en algunos casos, contra el propio Estado israelí cuando grupos extremistas consideran que el gobierno ha tomado medidas que perjudican los intereses de los colonos.

A pesar de la gravedad de estos hechos, en ninguno de los ataques mencionados las autoridades informaron detenciones, una situación que organizaciones de derechos humanos describen como recurrente. Las aprehensiones son extremadamente raras en casos de violencia de colonos, lo que alimenta denuncias de impunidad y desprotección hacia la población palestina en áreas rurales de Cisjordania.

Glorificación de la violencia en redes extremistas

A la tensión se sumó la difusión de un video en un canal público de WhatsApp administrado por grupos extremistas judíos, donde los administradores presumían abiertamente del número de ataques cometidos contra palestinos durante el mes hebreo de Heshvan, que concluyó el jueves. En las imágenes, los responsables presentan los incidentes como una especie de "registro" o marcador de acciones, celebrando la violencia y alentando a sus seguidores a continuar con este tipo de ofensivas.

Este tipo de glorificación pública, que combina propaganda, mensajes ideológicos y una narrativa de impunidad, ha sido señalado por organizaciones de derechos humanos como uno de los factores que estimula nuevos ataques. Según estos grupos, la circulación de contenido que ensalza la violencia no solo legitima ante determinados sectores la agresión contra palestinos, sino que también ejerce presión sobre jóvenes simpatizantes para participar en acciones similares, ampliando el ciclo de hostilidad en Cisjordania.

Respuesta oficial de Israel y postura del ejército

El domingo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una reunión semanal del gabinete, declaró que Israel "tomará medidas muy enérgicas contra los disturbios contra los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), tanto contra los palestinos como contra los propios soldados, porque somos una nación de leyes y una nación de leyes actúa de acuerdo con la ley". Fue su primer comentario público directo sobre el incremento de ataques de colonos.

Previamente, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), teniente general Eyal Zamir, había condenado los recientes incidentes, afirmando que "cruzan una línea roja y desvían la atención de nuestras fuerzas de cumplir su misión principal". Un informe difundido el jueves reveló que la seguridad israelí elaboró una serie de recomendaciones para frenar los crímenes nacionalistas judíos y la violencia de colonos, tras un aumento significativo de incidentes graves en el último año.

Disputas legales: confiscación de ganado

En paralelo, creció la tensión legal en torno a reclamos de tierras y propiedad. Una familia palestina en Sanur, cerca de Jenin, presentó una petición ante la Corte Suprema de Israel alegando que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confiscaron su ganado y lo trasladaron a colonos de un puesto agrícola ilegal vecino.

La familia denunció que la operación militar fue violenta: animales golpeados, destrucción de propiedad y detención de varios miembros.
Los colonos del puesto ilegal afirmaron que el ganado les pertenecía originalmente, pero según la familia palestina, los soldados no presentaron ninguna prueba de propiedad al confiscarlo el mes pasado.

La petición, presentada por la Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI), exige una explicación formal de la operación y la devolución inmediata del ganado.

Reacción internacional: sanciones y presiones diplomáticas

La comunidad internacional ha aumentado su presión frente a la escalada. Singapur anunció sanciones financieras y prohibiciones de entrada para cuatro líderes de colonos israelíes:

  • Meir Mordechai Ettinger

  • Elisha Yered

  • Bentzi Gopstein

  • Baruch Marzel

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Singapur afirmó que estos individuos participaron en "actos atroces de violencia extrema" contra palestinos, afectando la estabilidad regional y poniendo en riesgo cualquier posibilidad de una solución de dos Estados.

Los cuatro ya habían sido sancionados previamente por la Unión Europea. Además, Ettinger, Yered y Gopstein también enfrentan sanciones de Canadá, y algunos de ellos han sido sancionados también por Estados Unidos.