¿Por qué están ocurriendo los ataques de colonos en Cisjordania?

La reciente escalada de violencia protagonizada por grupos de colonos en Cisjordania ha generado preocupación tanto dentro de Israel como a nivel internacional. Aunque se trata de un fenómeno complejo, diversos informes oficiales, organizaciones de derechos humanos y expertos en seguridad señalan una combinación de factores políticos, sociales y estructurales detrás del incremento de incidentes.

Según datos citados por medios israelíes como Canal 12 y Haaretz, los ataques registrados por el ejército israelí han alcanzado niveles históricamente altos, superando en 2025 el número total de incidentes ocurridos en años anteriores. Más de 700 episodios de "crimen nacionalista", una categoría que incluye agresiones, vandalismo y ataques incendiarios, han sido documentados desde enero, lo que representa un aumento respecto a los 675 reportados durante todo 2024.

Radicalización en sectores del movimiento de colonos

Organizaciones israelíes como Yesh Din y Peace Now han advertido sobre la proliferación de pequeños grupos radicalizados dentro del movimiento de colonos. Aunque representan una minoría, estos grupos han estado implicados en ataques contra palestinos y en daños a propiedades agrícolas o vehículos.

Expertos señalan que algunos de estos incidentes tienen motivaciones ideológicas vinculadas al nacionalismo religioso, que busca consolidar la presencia judía en áreas sensibles de Cisjordania.

Débil aplicación de la ley

La aplicación de la ley se ha convertido en uno de los puntos más criticados por analistas civiles y militares. Datos difundidos por Canal 12 indican que las investigaciones policiales por delitos cometidos por colonos han disminuido un 73% desde 2023.

En 2025, la policía habría abierto solo alrededor de 60 investigaciones, frente a las 150 del año anterior y las 235 de 2023. La tasa de acusaciones formales se mantiene baja: solo un 10% de los casos de 2023 llegó a los tribunales. El resto fue archivado o permanece sin avances.

Distintos críticos sostienen que esta tendencia contribuye a un clima de impunidad. Sin embargo, voceros del Ministerio de Seguridad Nacional y de la policía han afirmado en distintos comunicados que investigan los incidentes "en función de las prioridades operativas" y que parte de los desafíos radica en que muchos ataques ocurren en zonas rurales dispersas donde la presencia policial es limitada.

Contexto político y presencia de figuras ultraderechistas en el gobierno

Varios analistas coinciden en que el contexto político actual influye en la dinámica sobre el terreno. El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, procedente de movimientos nacionalistas de línea dura, ha sido criticado por su posición histórica en defensa de colonos acusados de violencia.

Aunque el gobierno israelí sostiene que actúa conforme a la ley, sectores opositores y organizaciones civiles afirman que la falta de condenas públicas por parte de algunas figuras de la coalición es interpretada por grupos extremistas como una señal de respaldo o permisividad.

Expansión de asentamientos y aumento de fricciones locales

Las tensiones también se ven alimentadas por la expansión de asentamientos y puestos avanzados no autorizados. Según cifras de la ONU, más de 600.000 israelíes viven actualmente en asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este.

La proximidad entre nuevas construcciones y aldeas palestinas genera conflictos recurrentes sobre acceso a tierras agrícolas, carreteras y recursos hídricos. En varios casos, los ataques se producen en zonas donde existen disputas de larga data por el control del territorio.

Intentos de control territorial por parte de grupos extremistas

Investigadores del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) han señalado que algunos de los incidentes están relacionados con la intención de ciertos grupos de colonos de ejercer control efectivo sobre áreas estratégicas.

Ataques a cultivos, incendios y enfrentamientos buscan, según estas fuentes, presionar a residentes palestinos para que reduzcan sus actividades o abandonen determinadas zonas. Las autoridades israelíes no han confirmado esta motivación, pero reconocen que existen focos de tensión en áreas rurales aisladas.

Reducción de la presión internacional

Desde 2024, la atención internacional sobre la violencia en Cisjordania ha sido moderada. Bajo la administración estadounidense actual, se dejaron sin efecto sanciones previamente impuestas a individuos extremistas, lo que redujo uno de los mecanismos externos de presión.

Aunque algunos gobiernos occidentales han expresado preocupación, los pronunciamientos son más moderados que en años anteriores, un cambio que analistas interpretan como un factor que disminuye los incentivos para frenar la escalada.

Tensión regional y efectos de la guerra en Gaza

La guerra en Gaza y la inestabilidad en el norte de Israel han aumentado la sensibilidad en la región. Altos mandos militares israelíes han reconocido en informes internos que parte de los recursos se han redirigido a frentes activos, lo que limita la capacidad de respuesta en Cisjordania.

Este escenario, combinado con un clima de desconfianza mutua y repuntes de violencia en distintos frentes, contribuye a que ciertos grupos extremistas actúen con mayor libertad.