¿Por qué hay pocas embajadas en Jerusalén? ¿Cuáles son las consecuencias de trasladar una sede diplomática allí?

El estatus político de Jerusalén, aún sin resolver tras décadas de conflicto, mantiene a la mayoría de los países lejos de establecer allí sus misiones diplomáticas, mientras que quienes deciden hacerlo enfrentan repercusiones regionales, diplomáticas y de seguridad. 

Jerusalén es una de las ciudades más disputadas, complejas y simbólicamente cargadas del mundo. Su estatus político, religioso e histórico constituye un punto neurálgico no solo del conflicto entre Israel y Palestina, sino también de las tensiones más amplias que configuran Oriente Medio. La ciudad es reclamada por árabes y judíos, y alberga los lugares sagrados del judaísmo, el cristianismo y el islam, un entramado espiritual sin precedentes en el planeta.

Por eso, cualquier decisión política que afecte a Jerusalén, como instalar allí una embajada, reaviva inevitablemente un debate latente desde hace décadas y cargado de implicancias diplomáticas, jurídicas y religiosas. La mayoría de los países del mundo evita posicionarse de manera explícita en esa disputa, manteniendo sus embajadas en Tel Aviv. Sin embargo, Argentina anunció que romperá con ese consenso internacional, sumándose a un grupo reducido de Estados que ya tomaron ese camino.

Argentina y el cambio diplomático hacia Jerusalén

El gobierno argentino anunció que abrirá su embajada en Jerusalén en 2026, sumándose a un grupo pequeño pero políticamente significativo de países que decidieron reconocer de facto la capitalidad israelí.

Tras la decisión del entonces presidente estadounidense Donald Trump en 2017, un quiebre histórico respecto de décadas de política exterior de Washington, trasladaron sus embajadas Paraguay, Guatemala, Honduras, Kosovo, Papúa Nueva Guinea y Fiyi. Paraguay incluso había revertido su decisión en 2018, para luego restablecerla en 2023, reflejando la sensibilidad del tema.

El anuncio de Javier Milei llega en un contexto especialmente tenso. Aumentan las fricciones entre Israel, Irán y Estados Unidos, y la coalición del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu enfrenta crecientes tensiones internas. En ese escenario, el gesto argentino adquiere un peso geopolítico mayor, posicionando al país dentro de un alineamiento diplomático que lo distancia de la postura tradicional de la mayoría de la comunidad internacional.

¿Por qué hay pocas embajadas en Jerusalén? 

El estatus de Jerusalén es uno de los asuntos más sensibles y duraderos del conflicto israelo-palestino. Aunque Israel afirma que la ciudad es su capital "eterna e indivisible", la comunidad internacional sostiene desde hace décadas una postura más equilibrada.

1. Jerusalén Oriental y la Guerra de los Seis Días (1967)

Israel conquistó Jerusalén Oriental durante la Guerra de los Seis Días y posteriormente la anexionó. La comunidad internacional nunca reconoció ese acto, considerándolo una violación del derecho internacional. Para la mayoría de los Estados, Jerusalén Este es territorio ocupado cuyo destino debe resolverse mediante negociación.

2. Neutralidad diplomática

Muchos países mantienen sus embajadas en Tel Aviv para no interferir en las negociaciones sobre el estatus final de la ciudad. Trasladar una embajada equivaldría a reconocer unilateralmente la soberanía israelí sobre Jerusalén en su totalidad.

3. El plan de partición de la ONU (1947)

La ONU propuso que Jerusalén tuviera un estatus internacional especial debido a su importancia religiosa. Aunque aquel plan nunca se aplicó plenamente, su espíritu sigue influyendo en la diplomacia mundial.

4. Condena internacional de 1980

Cuando Israel proclamó a Jerusalén como su capital unificada, el Consejo de Seguridad de la ONU declaró esa medida "nula y sin valor" e instó a todos los países a retirar sus embajadas. Esta resolución cimentó el consenso diplomático que perduró por décadas.

La reactivación del debate: la irrupción de Trump en 2017

La decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel fue un punto de inflexión histórico. Generó protestas masivas en el mundo árabe, rechazo inmediato de los palestinos e intensas críticas internacionales. Pero también abrió la puerta para que otros países siguieran esa línea, iniciando un cambio paulatino pero significativo en la diplomacia global. 

¿Cuáles son las consecuencias de trasladar una embajada a Jerusalén?

Trasladar una sede diplomática a Jerusalén tiene repercusiones que trascienden lo protocolar. Afecta relaciones bilaterales, equilibrios regionales y hasta cuestiones de seguridad interna.

1. Reconocimiento político de facto

Mover una embajada equivale a reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, rompiendo con la neutralidad histórica de muchos Estados.

2. Impacto en las relaciones internacionales

La decisión puede fortalecer los vínculos con Israel en materia tecnológica, militar y económica, pero también puede tensionar las relaciones con el mundo árabe, afectar exportaciones o modificar apoyos en organismos internacionales.

3. Reacciones regionales

El control israelí sobre Jerusalén Oriental es una de las cuestiones más sensibles para los países árabes y musulmanes. Cualquier gesto que apoye la posición israelí puede desencadenar protestas o escaladas regionales.

4. Consecuencias jurídicas y diplomáticas

Los palestinos consideran que estas decisiones violentan el derecho internacional y su aspiración a un Estado con capital en Jerusalén Este.

5. El peso del simbolismo

En Jerusalén, todo es símbolo: cada edificio, cada barrio, cada lugar sagrado. Por eso, una decisión diplomática aparentemente técnica puede transformarse en un movimiento de enorme carga histórica y política.

Historia, religión y política de Jerusalén

Jerusalén es una de las ciudades más antiguas de la humanidad, conquistada y reconstruida incontables veces. Su centro histórico, la Ciudad Vieja, está dividido en cuatro barrios, cristiano, musulmán, judío y armenio, dentro de sus murallas otomanas.

El Barrio Cristiano

Allí se encuentra la Iglesia del Santo Sepulcro, donde según la tradición Jesús fue crucificado y resucitó. Es uno de los lugares más venerados del cristianismo.

El Barrio Musulmán

Es el más poblado y alberga la Mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca, el tercer sitio más sagrado del islam.

El Barrio Judío

Allí está el Muro de las Lamentaciones, el lugar de oración más importante del judaísmo y vestigio del antiguo Templo de Jerusalén.

La superposición de reclamaciones históricas, espirituales y territoriales convierte a Jerusalén en uno de los puntos más sensibles del planeta. En este contexto, decisiones como el traslado de una embajada pueden actuar como catalizadores de tensiones profundas, capaces de reconfigurar alianzas o abrir nuevas disputas diplomáticas que trascienden ampliamente las fronteras de la región.