¿Qué tan viable es el plan de Argentina de convertirse en líder mundial en Inteligencia Artificial y energía nuclear?
El presidente argentino Javier Milei se ha sumado a la carrera mundial para construir la próxima generación de reactores nucleares y pretende posicionar a Argentina como líder internacional en Inteligencia Artificial.

En Argentina, se está gestando una "tormenta perfecta" para inversiones significativas en Inteligencia Artificial. Esta frase fue utilizada por el presidente argentino Javier Milei en diciembre de 2024, en su discurso resumen de su primer año de mandato.
No solo eso, sino que el presidente aseguró que el país tiene "mucha energía, muchas tierras frías e inhóspitas y recursos humanos de calidad" y que "la mayor demanda energética provocada por la IA generará un resurgimiento de la energía nuclear en todo el mundo después de décadas de declive".
"Nosotros no nos vamos a quedar atrás, vamos a diseñar un plan nuclear Argentino que contemple la construcción de nuevos reactores, así como la investigación en las tecnologías emergentes de reactores pequeños o modulares, manteniendo los máximos estándares de seguridad y eficiencia", afirmó. Días después, anunció el Plan Nuclear local junto al director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi.
Milei sueña con un país que combine la IA con la energía nuclear y cree que las inversiones llegarán a través de las relaciones que forjó, con la ayuda de Elon Musk y con la aprobación de Donald Trump, con gigantes tecnológicos como Apple, OpenAI, Microsoft y Google. El encargado de empezar a hacer realidad ese sueño es Demian Reidel, su principal asesor y ahora también titular del nuevo Consejo Nuclear Argentino.
Las más altas esferas del gobierno de Milei visualizan enormes instalaciones repletas de servidores de última generación, quizás en la Patagonia, donde abundan las mencionadas "tierras frías e inhóspitas", alimentadas con energía nuclear generada por pequeños reactores modulares (SMR) fabricados en Argentina, que también serán exportados.
Los verdaderos "campos" tecnológicos que generan divisas a niveles que, en el futuro, se atreverán a comparar, serán comparables a Vaca Muerta y la agricultura. Por supuesto, todo esto requiere inversiones multimillonarias.
Es un proyecto de mediano y largo plazo que pocos ven como una verdadera utopía en un país plagado de negociaciones urgentes con el FMI, incertidumbres sobre qué pasará con el dólar y la inflación, y escasez de reservas en el Banco Central.
"Se puede arreglar la macro y, en paralelo, trabajar estos temas seriamente y rápido. Queremos llegar primero. Tenemos con qué, pero hay que hacerlo ya. Lo estamos haciendo", se entusiasman en la Casa Rosada. Por ahora hay pocos detalles de cómo lo harán.
No es sólo una idea local; el mundo está experimentando una especie de resurgimiento nuclear en medio del auge de la IA, e incluso las grandes empresas tecnológicas están invirtiendo en generar este tipo de energía.
Plan Nuclear
Reidel se convirtió recientemente en objeto de controversia cuando se viralizó un video de su participación en el Foro IEFA Latam. Allí, mientras explicaba a los inversores su visión de por qué "ahora las cosas son diferentes" y los beneficios que el país tiene para desarrollar infraestructura de IA en algunas zonas, afirmó que el problema con esas zonas es que están "pobladas por argentinos".
El funcionario, quien recibió críticas tanto de dentro como de fuera, se disculpó en redes sociales y afirmó que hubo un malentendido. "Quienes se ofendan, que se busquen un trabajo honesto", replicó.
En marzo de 2024, Milei viajó a Silicon Valley y mantuvo reuniones de alto nivel con directores ejecutivos como Sam Altman (OpenAI), Sundar Pichai (Google), Tim Cook (Apple) y Mark Zuckerberg (Meta). Semanas atrás, el propio Reidel destacó las fases del plan nuclear que impulsa el Gobierno.
- Desarrollar un reactor SRM modular. Se construirá una nueva central nuclear con cuatro de estos módulos en lo que originalmente se planeó como Atucha 3. Esta fase incluye el trabajo coordinado de Invap, Nucleoeléctrica, Conea, Conuar, y otros organismos y entidades, con otros actores privados y capital externo.
- Reidel lo llama el "modelo Gillette" y buscará exportar uranio. "Así como venden máquinas de afeitar y repuestos, podemos aprovechar la comercialización de estos reactores modulares para venderlos con el compromiso de comprar uranio argentino, un mineral del que tenemos importantes reservas, pero que está completamente subutilizado", afirmó.
- Están llegando inversiones, y las empresas verán al país como un lugar seguro para conectar sus centros de datos o cualquier otra cosa que necesiten en el futuro. "Si logramos las fases 1 y 2, no será ciencia ficción", afirmó.
¿Será posible?
Leandro Zanoni, consultor y autor del boletín "Listos IA", coincide en que la gran escala que requiere la inteligencia artificial demanda una infraestructura energética robusta y que, en este escenario, la energía nuclear se posiciona como una fuente estratégica.
"Nuestro país tiene tradición en el sector nuclear y cuenta con capital humano y tecnológico para potenciar esa sinergia. También tenemos territorio y buenos climas y por el momento una regulación laxa y benévola, ya que la IA no está regulada. Pero las inversiones, hasta ahora, son promesas tímidas. Hace falta que el Gobierno logre estabilizar definitivamente la macroeconomía y normalizar el acceso a divisas. Mientras tanto, intentan que las empresas vean en el país una oportunidad concreta para instalar sus hubs tecnológicos con base energética sustentable", destacó Zanoni.
Julián Gadano fue subsecretario de Energía Nuclear en la administración Macri y cree que ya está surgiendo un conjunto integral de políticas públicas con las que el Estado busca incentivar ambas tecnologías.
"Hay un Gobierno que expresó su voluntad de fomentarlas. Dieron una señal fuerte para atraer al capital privado. El mundo nuclear está creciendo, hay muchos proyectos y no es un delirio pensar que el primer reactor SMR que esté operando, se diseñe y se fabrique acá. Para eso es necesario capital y un Gobierno que alinee todo. Está el RIGI y hay condiciones. Tenemos energía nuclear y va muy en línea con la IA", aseguró.
Gadano está convencido de que la energía nuclear ha vuelto a estar de moda porque existe un grave problema mundial de demanda y suministro de electricidad.
"El mundo se está electrificando y, además, los próximos data centers de inteligencia artificial que consumirán órdenes de magnitud más que la IA actual. Va a ser un shock de demanda y Argentina puede correr esa carrera si todo se alinea. Yo estoy entusiasmado", agregó. Además, dijo que en gran parte del mundo las prevenciones contra la energía nuclear perdieron fuerza. "Pesan más otros factores ligados al empleo que la energía nuclear genera, y a la necesidad de incrementar la oferta de energía limpia y descarbonizar la matriz energética", destacó.
"Para que Argentina pueda competir de verdad y ser parte de esa conversación, debe tener un plan de largo plazo. ¿Nos podemos subir a un atajo? Seguro, pero la investigación es muy importante. Otras cuestiones de peso, por supuesto, son la solidez económica y financiera del país para atraer inversiones y generar capital, y el desarrollo del talento", aseguró Fredi Vivas, ingeniero especializado en IA.
"Si queremos ser un centro de innovación mediante inteligencia artificial, debemos considerar todo esto. ¿Podríamos tener centros de datos donde se almacene información? ¿Podrían generar empleos? Sí, sin duda, pero eso no te convierte en un centro de IA", añadió el director ejecutivo de la consultora RockingData y profesor de la Universidad de San Andrés.
Asunto global
La tendencia que conecta la IA y la energía nuclear es global. Las grandes empresas tecnológicas mencionadas están invirtiendo miles de millones en centros de datos de "hiperescala", gigantescos y con una enorme capacidad de procesamiento. Mientras tanto, desarrollan sus propios sistemas y siguen de cerca lo que ocurre en China, que gana protagonismo con sus herramientas y plantea enormes interrogantes sobre cómo serán utilizadas en materia de privacidad y espionaje a otros países, por mencionar sólo dos aspectos.
Microsoft, que ahora es copropietario de Open AI, una empresa fundada por Elon Musk, firmó un acuerdo multimillonario para reabrir una planta de energía nuclear en Pensilvania, EE. UU., y convertirse en su único cliente. No se trata de una planta cualquiera: se trata de Three Mile Island, el lugar del primer gran accidente nuclear de la historia, el más grave hasta Chernóbil, ocurrido a finales de los años 70. Aquel incidente, que expuso a más de dos millones de estadounidenses a la radiación, ha frenado hasta ahora el desarrollo de este tipo de energía en Estados Unidos.
Un artículo de finales del año pasado en el Bulletin of the Atomic Scientists resumió el estado del arte en estos sectores con cifras impactantes. Detalló que las compañías eléctricas estadounidenses casi han duplicado sus estimaciones de la cantidad de electricidad que necesitarán en los próximos cinco años gracias a la IA.
"Un informe reciente del banco de inversión global Goldman Sachs pronostica que los centros de datos consumirán alrededor del 8% de toda la electricidad de Estados Unidos para 2030, frente al 3% actual", explica el documento firmado por Dawn Stover.
Sólo en Estados Unidos, se estima que se necesitarán 34 nuevas plantas nucleares para abastecer los centros de datos que funcionarán totalmente alimentados por sistemas de IA. Además, muchas grandes empresas tecnológicas participan o invierten en empresas que desarrollan reactores SMR.
Según Stover, la demanda mundial de electricidad también se disparará y se espera que sea un 6% mayor en 2035 que lo que la Agencia Internacional de Energía proyectó a finales de 2023.
"El consumo de electricidad de los centros de datos, de los que ya hay 11.000 en todo el mundo, podría superar el millón de gigavatios-hora en 2027, aproximadamente la misma cantidad de electricidad que Japón consume anualmente", detalla el artículo.
El cálculo utilizado para graficar este fenómeno ya es un clásico: una búsqueda en ChatGTP consume casi 10 veces más energía que una búsqueda tradicional en Google. Y cada vez más personas utilizan ChatGTP y servicios similares.
La carrera ha comenzado y Argentina quiere tomar la delantera. Tiene lo necesario, pero se está quedando atrás. Los obstáculos que enfrenta son mayores y más complejos que los de sus principales competidores. Para empezar, vale la pena mencionar el enorme interrogante que rodea a su economía y la desconfianza de los inversionistas y las empresas que necesitan invertir en lo que este gobierno será (o no) capaz de hacer a la hora de cumplir sus promesas.
El presidente argentino Javier Milei y sus funcionarios juran que es posible porque, como repiten incansablemente, «esta vez es diferente». Las empresas esperan resultados concretos antes de invertir. Quizás han pedido consejo sobre el país a sus herramientas de inteligencia artificial, cada vez más potentes y expertas.