¿Serbia utilizó armas sónicas para dispersar a los manifestantes en segundos?

Las fuerzas de seguridad serbias utilizaron recientemente un arma sónica de uso militar ampliamente prohibida para dispersar a las multitudes que llevan varios días manifestándose en las calles de Belgrado. Aunque Serbia no ha negado tener el dispositivo acústico en su arsenal, los funcionarios serbios han negado haberlo utilizado y la oposición presentará cargos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y los tribunales nacionales contra quienes ordenaron el ataque

Los ciudadanos serbios llevan varios días manifestándose masivamente en las calles de Belgrado y otras ciudades para protestar contra la corrupción del gobierno del presidente Aleksandar Vučić. Desbordadas por las protestas, las fuerzas de seguridad serbias han utilizado armas no convencionales para dispersar a la multitud en las últimas horas.

Las imágenes han corrido como pólvora en redes sociales y muestran cómo puede ser el uso de armas sónicas, capaces de emitir potentes ondas y sonidos que asustan y aturden a las personas. Su uso es muy controvertido ya que, si se emplean incorrectamente, pueden producir graves daños al sistema auditivo.

La policía y las fuerzas estatales serbias han utilizado este tipo de armas en Belgrado en las últimas horas durante los quince minutos de silencio en honor a las quince víctimas de la estación de tren de Novi Sad. En las imágenes, se pueden ver calles completamente congestionadas por manifestantes. De repente, momentos después de activarse las armas sónicas, la multitud comenzó a correr gritando hacia los lados de las calles, que se despejaron en segundos. ¿Qué causa tal reacción?

Las unidades policiales suelen utilizar camiones equipados con cañones de agua, gases lacrimógenos, balas de goma y otros equipos para disolver las manifestaciones y restablecer el orden público. Sin embargo, en los últimos años han surgido nuevas técnicas basadas en armas de energía dirigida. Al igual que las técnicas anteriores, no son letales, pero son más efectivas y ofrecen la ventaja de no requerir tanta exposición para los agentes y no causan lesiones graves como las balas de goma.

Entre estas armas sónicas, se tiene constancia del Active Denial System (ADS, en sus siglas en inglés), la cual recurre a la emisión de ondas electromagnéticas, y del Long-Range Acoustic Device (LRAD), que se fundamenta en la proyección de ondas mecánicas, esto es, de sonido.
El primero de ellos consiste en disparar un haz de alta potencia (unos 100 kW) a una frecuencia de 95 GHz, dentro de la banda de microondas. Este sistema, cuya longitud de onda corresponde a 3,2 mm, funciona de forma similar a un microondas, excitando las moléculas de agua y grasa ubicadas en la piel, calentándolas.

Según un portavoz del Laboratorio de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (AFRL), una persona bajo la influencia de este sistema siente que su piel se calienta, dando la sensación de quemarse. Sin embargo, una vez que se retira la zona de radiación, la piel vuelve a su estado natural y el dolor desaparece.

Por su parte, el LRAD es un cañón sónico que produce un tono a una frecuencia de 2 kHz con una potencia de más de 135 dB. Este sonido es perfectamente audible para el ser humano, dado que el intervalo de frecuencias que percibe el oído oscila entre los 20 Hz y los 20 kHz. Aunque, no todas las personas son capaces de percibir los sonidos más agudos, entre 16 y 20 kHz.

Los sistemas LRAD están en servicio en al menos 20 países. En España, hay constancia del uso de un dispositivo similar en 2014 por parte de los Mossos d'Esquadra durante las marchas de apoyo al barrio burgalés de Gamonal, en Barcelona. Estos sistemas también están siendo utilizados por armadas y compañías navieras para prevenir ataques piratas.

En el caso de Serbia, todo indica que se utilizó un sistema similar al LRAD, ya que algunos de los vídeos muestran un sonido agudo similar al grabado durante los disturbios de Pittsburgh de 2009 (el primer uso de esta arma en suelo estadounidense) durante la cumbre del G-20. Según medios serbios, el Ministerio del Interior del país las adquirió hace varios años.

Si bien estas técnicas no perjudican la salud de los manifestantes, su efecto aturdidor puede provocar estampidas, lo que da lugar a situaciones muy peligrosas, como ser aplastados por multitudes, lo que pone en riesgo la vida.

Independientemente de su uso, estos sistemas permiten a las fuerzas policiales disolver con rapidez y eficacia manifestaciones o reuniones no autorizadas, restableciendo el orden público sin poner en peligro la integridad física de los agentes ni de los manifestantes. Sin embargo, su uso sigue siendo muy controvertido.