Un nuevo estudio sitúa con precisión a un faraón olvidado y abre una posible vía para fechar el Éxodo

Una investigación publicada en PLOS ONE redefine el momento histórico en el que gobernó el faraón Ahmose I y separa su reinado de la gran erupción volcánica de Thera, un evento clave en la cronología del Mediterráneo oriental. Los hallazgos podrían replantear la relación entre la historia egipcia, el colapso de ciudades cananeas y el relato bíblico del Éxodo. 

Por primera vez, dos especialistas lograron determinar con precisión científica, mediante análisis de radiocarbono, el periodo en el que reinó Nebpehtire Ahmose I, el primer faraón de la Dinastía XVIII y fundador del Reino Nuevo de Egipto. Los resultados indican que su ascenso al trono ocurrió en la segunda mitad del siglo XVI a. C., desplazándolo varias décadas después de lo que se creía y, sobre todo, muy posterior a la famosa erupción de Thera–Santorini en el mar Egeo.
Aunque se desconocen las fechas exactas de nacimiento y muerte del faraón, la comunidad egiptológica ubica su vida aproximadamente entre c. 1570–1514 a. C., con un reinado estimado entre c. 1550 y 1525 a. C., cifras coherentes con el ajuste que surge del nuevo estudio.

El trabajo, liderado por el profesor Hendrik J. Bruins de la Universidad Ben-Gurión del Néguev, propone una cronología más sólida para uno de los periodos más confusos de la historia faraónica. Al hacerlo, abre nuevas vías para reexaminar la posible relación entre el Éxodo bíblico y los grandes desastres naturales que afectaron la región.

El impacto histórico de la erupción de Thera 

La erupción del volcán Thera–Santorini, uno de los eventos geológicos más devastadores de los últimos 10.000 años, ha sido objeto de intensa investigación por su posible vínculo con mitos y relatos antiguos, desde la leyenda de la Atlántida hasta episodios bíblicos como las plagas de Egipto o la salida de los israelitas.
Situado a unos 120 km al norte de Creta, el volcán habría provocado días de oscuridad, tsunamis de enorme magnitud y columnas incandescentes visibles desde distancias considerables, incluso desde Egipto. Fragmentos de piedra pómez procedentes de esta erupción han sido hallados tanto en Israel como en Egipto, lo que confirma la amplia dispersión del material volcánico.
Hasta ahora, se estimaba que la erupción ocurrió hacia 1500 a. C., pero la comparación directa entre materiales quemados por el volcán y objetos asociados al reinado de Ahmose muestra que este último gobernó significativamente después, invalidando la teoría de que ambos eventos fueron contemporáneos. 

Ahmose I y el origen del Reino Nuevo 

Ahmose I es una figura crucial en la historia egipcia. Tras siglos de inestabilidad durante el llamado Segundo Periodo Intermedio (c. 1700–1550 a. C.), Egipto estaba dividido: los hicsos dominaban el norte desde Avaris, mientras dinastías locales gobernaban el sur.
Ahmose, heredero de la casa real tebana, logró expulsar a los hicsos, reunificar el país y establecer la Dinastía XVIII, iniciando una era de renovación política, militar, económica y arquitectónica conocida como el Reino Nuevo. Sin embargo, la datación exacta de su ascenso y de sus principales campañas militares siempre ha sido objeto de debate debido a la escasez de registros fiables de ese periodo. 

La Tempest Stela y el misterio climático 

Uno de los testimonios más enigmáticos del reinado de Ahmose es la Estela de la Tormenta, un monumento que describe fenómenos climáticos extremos que azotaron Egipto. Durante décadas, muchos investigadores asumieron que estos acontecimientos estaban vinculados a la erupción de Thera, usándola como punto de referencia para ajustar la cronología del Reino Nuevo.
Sin embargo, el estudio de Bruins y Johannes van der Plicht demuestra que la estela no puede referirse a la erupción egea, pues esta ocurrió entre 60 y 90 años antes del reinado de Ahmose. Esto obliga a reinterpretar la estela como registro de otro evento meteorológico o geológico aún no identificado. 

Un hallazgo clave: el ladrillo con el nombre del faraón 

La investigación avanzó gracias a la colaboración del Museo Británico y el Museo Petrie de Arqueología Egipcia y Sudanesa. Ambos permitieron extraer pequeñas muestras orgánicas de piezas de sus colecciones, algo poco habitual debido al carácter destructivo del proceso.
El objeto más decisivo fue un ladrillo de adobe hallado en 1900 en el templo de Ahmose en Abidos. El ladrillo conserva el nombre de trono Nebpehtire, identificando de manera inequívoca al faraón. Del interior del adobe se extrajo una brizna de paja empleada en su fabricación, cuya datación por radiocarbono situó su producción hacia 1517 o 1502 a. C., confirmando las cronologías más bajas propuestas por algunos egiptólogos.

Este punto es clave: el templo donde se halló el ladrillo representa escenas de las campañas militares de Ahmose contra los hicsos, lo que implica que la pieza corresponde a una etapa avanzada del reinado, posiblemente alrededor del año 22 del faraón.

Las figurillas shabti y la confirmación de fechas 

Además del ladrillo, Bruins analizó seis shabtis, pequeñas estatuillas funerarias de madera. Uno de estos shabtis llevaba el nombre de un funcionario conocido: el alcalde de Tebas, activo durante los reinados de Ahmose y de su hijo Amenhotep I.
La datación por radiocarbono del shabti coincidió casi exactamente con la del ladrillo, reforzando la conclusión de que Ahmose vivió y reinó posterior a la erupción de Thera. 

Consecuencias para la cronología de Israel y el Levante 

Aunque el artículo de PLOS ONE no profundiza en las implicancias para la historia de Israel, Bruins señala que son profundas.
Tradicionalmente, el paso del Bronce Medio al Bronce Tardío en Canaán ha sido ligado al surgimiento de la Dinastía XVIII en Egipto. Esta transición coincide con la destrucción, abandono o transformación de numerosos centros urbanos cananeos.
Si la datación del reinado de Ahmose se mueve hacia fechas más tardías, entonces también deben reconsiderarse las causas y la autoría de esas destrucciones. El faraón más señalado para estas campañas ha sido Tutmosis III, famoso por su penetración militar en el Levante. Pero si los eventos ocurrieron antes del inicio de la XVIII Dinastía, la identidad de los responsables sigue siendo un misterio histórico. 

El Éxodo: ¿buscar en el siglo equivocado? 

Bruins cuestiona la corriente académica que ubica el Éxodo en el siglo XIII a. C., durante la época de Ramsés II. Señala que esta teoría carece de correlación clara con el registro arqueológico.
En cambio, sostiene que una coincidencia entre la erupción de Thera y eventos descritos en los relatos bíblicos, como la oscuridad sobre Egipto, podría abrir una vía diferente. Existen registros históricos de la erupción del Tambora en 1815 que produjeron tres días de oscuridad a cientos de kilómetros, lo que ofrece un paralelo geológico coherente.
Si un fenómeno similar afectó Egipto tras la erupción de Santorini, la cronología del Éxodo debería desplazarse hacia el siglo XVI a. C. o sus décadas posteriores, hipótesis que Bruins pretende investigar mediante nuevas dataciones de niveles de destrucción en ciudades cananeas atribuidas a la conquista de Josué. 

Próximos pasos y necesidad de evidencia científica 

Bruins subraya que no basta con teorías o especulaciones: la clave está en obtener "pruebas duras" mediante la datación de restos carbonizados, sedimentos y artefactos extraídos de estratos arqueológicos asociados a destrucciones mencionadas en fuentes antiguas.
Su equipo trabaja actualmente en reunir nuevas muestras de sitios claves del Levante para determinar con precisión cuándo fueron abandonados o destruidos.
De confirmarse una correlación temporal entre la destrucción de ciudades cananeas, la erupción de Thera y el reinado de Ahmose, la cronología del Mediterráneo oriental —y posiblemente la del relato del Éxodo— podría reescribirse de forma significativa.